16 de diciembre de 2011

Telebasura “Made in Spain”

Por suerte, o por desgracia, he tenido que viajar al extranjero bastante a menudo, lo cual me ha permitido sintonizar los canales de televisión de un buen número de países. Si comparo las parrillas televisivas de esos países con las que aquí tenemos, veo similitudes: series, algún reality, telediarios, incluso canales iguales, pero no encuentro casi ningún programa de telebasura similar a lo que nuestras cadenas privadas se empeñan en vomitar día tras día. Hablo de la telebasura marca de la casa, esa donde todo vale y se exacerba el morbo, el sensacionalismo y el escándalo de baja calaña. Esa donde los villanos son héroes y donde la insignificancia cobra relevancia por rebasar los límites establecidos. En mi opinión, esta contumacia por producir estos programas solo se explica por algo muy típico de aquí: la falta de respeto a los demás.

La televisión es un poderoso medio de comunicación que tiene una gran influencia en la opinión pública y en la conducta de los ciudadanos. En este sentido, nuestra telebasura es poco ejemplarizante, pues en ella se conculcan sin rubor derechos fundamentales como la dignidad de las personas, el derecho a la intimidad o la presunción de inocencia. Si tenemos en cuenta que estos programas ocupan lugares destacados en muchos canales, el efecto de los mismos en nuestra sociedad es demoledor. Además, invaden sin complejos el horario infantil exponiendo a los niños, los mayores consumidores de televisión, a situaciones de dudosa moral que pueden suplantar a la mejor de las educaciones.

Una de las diferencias con otros países es que hemos dado un paso más en este fiasco. El reality del tipo “Gran Hermano” o “Supervivientes”, en España es solo el entrante, y el pretexto, de todo un negocio montado a su alrededor con interminables programas donde se comenta y exprime cualquier situación escabrosa dentro y fuera de los platós. Las astronómicas cifras económicas que se mueven son el verdadero leit motiv de la telebasura, aunque las cadenas califiquen estos programas con eufemismos como: “periodismo rosa”, “de entretenimiento” o “programas del corazón” (“de infarto” diría yo).

Los efectos colaterales son impresionantes: Belén Esteban es un ejemplo para la ciudadanía (¿?), muchas adolescentes “matarían” por ser entrevistadas en TV, los juzgados están colapsados por querellas originadas en estos programas, el espacio televisivo está invadido y sin alternativas, se empobrece el lenguaje, se impone el insulto,……y un largo etcétera.

Desde mi punto de vista, solo veo como soluciones la autorregulación de las cadenas o una legislación más estricta sobre contenidos audiovisuales que proteja realmente los derechos fundamentales y de la infancia. Mientras esa solución llega, “Sálvame TV de pago” es la mía.

ENLACES DE INTERÉS



Manifiesto contra la telebasura

Definición de telebasura en Wikipedia

Alternativas a la telebasura

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