10 de febrero de 2012

Ladrón ejemplar, juez endiosado



Casi simultáneamente leo dos noticias que vienen a ser paradojas de la vida. Por un lado, un ladronzuelo australiano que se entregó en comisaría para poder denunciar a un pederasta al que acababa de robar la cartera y dos teléfonos móviles, tras descubrir en uno de ellos fotos de pornografía infantil. La justicia australiana le condenó por su delito a la vez que le felicitaba por su encomiable conducta, por la que sacrificaba su propia libertad. Es de esos casos que conmueven y que te devuelven las ganas de creer en el ser humano. Un ladrón de principios, que antepone su moral a su interés y su libertad, en definitiva una persona “casi íntegra”.

Por otro lado, y en el polo opuesto, la sentencia al juez Garzón. Sentencia unánime, dura, sin fisuras, que  no deja lugar a dudas. El juez, otrora azote de etarras y de casos mediáticos, ahora se manifiesta como un juez parcial y por tanto injusto. Olvidando la presunción de inocencia y limitando el derecho a la defensa, se convenció de que el fin justificaba los medios. Daba por hecha la culpabilidad de los acusados y, como los polis duros de Hollywood, no dudó en buscar las pruebas a cualquier precio. De juez íntegro pasó a justiciero soberbio. La ley ya no estaba para ser cumplida sino que podía ser retorcida y manejada si su “moral” se lo aconsejaba. Al contrario que el ladrón australiano, no se encontró las pruebas de la culpabilidad,  el juez delinquió para encontrar pruebas. Total, para él los acusados eran culpables y…… daba igual. Por ello ha sido sentenciado y reprendido. En este caso me quedo en las antípodas.

Imágenes: (Ladrón) © Anatoly Tiplyashin | Dreamstime.com
                 (Garzón)  ukberri net



1 comentario:

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    me respondes a munekitacat@gmail.com

    besosss
    **EmiLia***

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